27 de octubre de 2009

La Oreja de Van Gogh finalizó su primera gira con nueva cantante en el Palau de la Música de BCN


No era la presentación de su nuevo disco retrospectivo y orquestal (Nuestra casa a la izquierda del tiempo), sino la despedida de A las cinco en el Astoria. La primera gira de La Oreja de Van Gogh con Leire como nueva vocalista recalaba por tercera vez en Barcelona; bueno, tercera y cuarta, pues ante la demanda actuaron dos días seguidos en el Palau de la Música. Sin Amaia Montero y también sin las musas que lo caracterizan: en una iniciativa de escasos precedentes taparon las esculturas del escenario con una pantalla. Hasta ahora casi todos los artistas prescindían de los elementos audiovisuales que pudieran llevar en otros conciertos, no fueran a profanar tan sacrosanta estética modernista. ¿Será que el caso Millet ha devaluado hasta en eso su aura de respetabilidad?
Sea como sea, ver a La Oreja en el Palau sigue siendo un lujo para sus fans. Con todo vendido anticipadamente, el pasado viernes se respiraba un alborotado clima de acontecimiento. Pocos artistas congregan público tan intergeneracional (niños incluidos). Leire parecía llevar toda la vida en el grupo. Cantó con la soltura de quien ha pasado ya los exámenes. Incluso se atrevió con una nana en euskera a capella y sin micrófono, aunque aún se haga difícil identificarla con canciones demasiado marcadas por otra voz. Técnicamente tiene más cualidades vocales que su antecesora (y en directo la imita mucho menos que en disco), pero en el pop quien golpea primero golpea siempre dos veces.

DOS OREJAS/ Amaia Montero y LOVG han protagonizado un curioso divorcio artístico. Partir peras en la cumbre y mantener el mismo mánager y la misma discográfica es como separarse con una prole de hijos e hipoteca de por medio. Te lleves como te lleves estás obligado a guardar las formas, y en contra de lo que suele pasar en estos casos, tanto a una como a otros les va francamente bien. El quintento donostiarra ha vuelto a aprobar este curso con sobresaliente en ventas y la otra noche, ya sin nervios, repasaron la lección. Se dejaron en el tintero los éxitos de su primer disco (y eso que parte del público entonó espontáneamente Cuéntame al oído reclamando otro bis tras dos horas de concierto) y del penúltimo solo rescataron Muñeca de trapo. Pero hits no faltaron y varias de las piezas nuevas desataron tanto entusiasmo como Rosas, París o La Playa. Sobre todo Jueves, que Leire cantó solo con Xabi San Martín al piano.

Fuente: elperiodico.com

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